
Recordando que el ideal de ser constructores de paz y las riquezas de los valores que caracterizan a los scouts, se reforzaron afianzándose en el Evangelio, el Papa reitera que este movimiento no es sólo un lugar de crecimiento humano verdadero, sino también una propuesta cristiana y un impulso real para la maduración espiritual y moral, así como un auténtico camino de santidad, como alentaba, precisamente el P. Jacques Sevin.

Junto con todas las personas de buena voluntad que en Francia se han beneficiado de alguna de las tres estructuras scout –entre las que se encuentra la de los Scouts y Guías de Europa- Benedicto XVI expresa su alegría por la respuesta positiva de estas instituciones ante el llamamiento que su predecesor pronunció en 1997. Cuando el Siervo de Dios Juan Pablo II exhortó a una mayor unidad en el escultismo católico, en el respeto de las sensibilidades de cada movimiento, en vistas de una mayor unidad en la misma Iglesia.
El Santo Padre manifiesta su acción de gracias al Señor «por todos los frutos que, a lo largo de un siglo, ha brindado el escultismo». Benedicto XVI alienta a los movimientos Scouts de Francia, a los Scouts y Guías de Europa y a los Scouts y Guías unitarios de Francia a «perseverar en el camino emprendido, apoyándose los unos a los otros y colaborando entre ellos, para proponer a los chicos y chicas de hoy una pedagogía que forje en ellos una personalidad firme y fundada en Cristo, con el anhelo de vivir los elevados ideales de la fe y la solidaridad humana».
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