
La respuesta fue contundente: recibieron más de cuatro mil diseños de los 50 estados.
El logo ganador fue creado por Philip Goolkasian (el joven en la foto), un eagle scout de Fresno, California. En él, toma elementos tradicionales de los scouts y los reinterpreta, dándole un look moderno. El águila que aparece entre la sigla BSA se ve dinámico y elegante, incorporando símbolos esenciales del escultismo norteamericano de una forma simple y, al mismo tiempo, poderosa.

La decisión fue tomada de entre 500 logos semifinalistas por un jurado de 11 miembros destacados de la asociación estadounidense. Para los retoques finales al logo, Goolkasian trabajó junto al destacado diseñador gráfico Kit Hinrichs (quien acompaña a Philip en la foto), quien también es scout.
La experiencia demuestra que para este tipo de decisiones los dirigentes nacionales se pueden apoyar en el trabajo de los scouts, jóvenes, niños y dirigentes locales. Pueden despertar su imaginación y transformarlos en el verdadero centro de las celebraciones. Dado que no son expertos en diseño, siempre pueden contar con el apoyo de un profesional sin pasar a llevar sus buenas ideas, como lo hicieron en EE.UU.
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