martes, marzo 13, 2007

Los recuerdos de a un año del desastre de La Gruta, Colombia


Dos de sus amigos y dos integrantes del grupo Scout hablaron de su relación con algunos de los que fallecieron en La Gruta. A algunos, la vida les dio otra oportunidad. A otros, les quitó a sus compañeros. Un cuadro con sus fotos recibe a los estudiantes en la entrada del Colegio Mayor de Señora de Nuestra Señora.

Al cruzar la reja verde que separa la entrada del Colegio Mayor de Nuestra Señora de la Arquidiócesis de Manizales (Colseñora) de la carrera 24 se llega a una sala en la que además de las dos oficinas, el himno de la institución escrito en grandes pendones y un teléfono público, está un cuadro que para muchos es solo un recuerdo y para otros, la presencia de los que se fueron.

En este cuadro están las fotos de los 11 integrantes del grupo Scout IV Pirsas, de la 'tropa celestial', que fallecieron el 18 de marzo del año pasado cuando una avalancha se los llevó en el sector de La Gruta, en la vía alterna al Nevado del Ruiz.

Sus amigos los extrañan en las actividades cotidianas, para compartir el descanso o simplemente una clase. Dos compañeros del grupo Scout explicaron por qué no viajaron ese día y por qué se debe seguir siendo Scout.


Sin números de lista

“Una vez pasó lo de La Gruta nos habló mucho el psicólogo del colegio para que pudiéramos superarlo. Hicimos una lista de los propósitos y una vez los escribimos, los quemamos y veíamos cómo se iba el humo. Ese humo eran ellos que subían al cielo”, comentaron Santiago Henao Guapacha y Juan Alejandro Chavarriaga Noreña, estudiantes del grado octavo, ex compañeros de los scouts.

Santiago tenía una relación muy cercana con Óscar Andrés Uribe, por lo que al hablar sobre él, la voz se le entrecortó: “Nos hablamos mucho en los descansos, luego de la tragedia me siento más solo en los recreos y como sin compañía. En los trabajos en grupo en clase me hacía con Leonardo Arango y a veces salíamos juntos los fines de semana”, dijo.

“Óscar era compañero de los descansos y también lo era Juan Manuel Flórez antes de que se fuera del colegio. Nos encontrábamos los sábados porque yo estaba en baloncesto y él en el grupo Scout. Desde la tragedia hablo mucho con su hermano, para saber cómo está la familia”, explicó Juan Alejandro.

La silla que ocupaban los estudiantes permaneció vacía durante una semana. En el observador del salón estaban sus fotografías, pero por recomendación de los psicólogos debieron quitarlas. “Algo que nos impactó fue que los números que ellos tenían en la lista dejaron de existir. El 1, el 26, el 27 y el 40 ya no se nombraron más”, expresaron los alumnos, mientras miraban el cuadro donde están las fotografías de los estudiantes que fallecieron.

Imagen viva

Algunos estudiantes que pertenecen al mismo grupo Scout cancelaron su viaje días antes de que sucediera la tragedia. Uno de ellos fue Sebastián López Velásquez, de noveno grado. “No fui porque iba mal en el colegio y mis papás no me dejaron ir”, cuenta el joven mientras dice que por algo suceden las cosas en la vida. “Creo que estamos para cosas muy grandes, como para hacer que la imagen de ellos siga viva”, agregó.


Otro caso fue el de Santiago Tabares Martínez que remplazó por otro viaje el que tenía con sus compañeros de tropa. “Mi papá trabaja en Pereira y ese sábado tuve que viajar con él para acompañarlo”, dijo observando el patio del colegio en el que jugaban otros estudiantes.
Ambos cuentan que recibieron apoyo psicológico recomendado por el grupo Scout. “Nos programaron citas con varios psicólogos para superar la tragedia. Además tuvimos una labor clave que fue la de respaldar a los nuevos integrantes en su idea de entrar al grupo; hablamos con los padres y logramos convencer a los que no querían a sus hijos en esto. Una vez se superó todo lo de la tragedia empezaron a llegar más y más interesados, ahora contamos con un grupo muy grande”, afirmaron los jóvenes.


Ese 18 de marzo quedará grabado en la mente de varios estudiantes, sobre todo de estos cuatro, que estudian bajo el mismo techo pero que tuvieron que afrontar la tragedia de forma diferente. Al iniciar y terminar sus clases atraviesan el patio del colegio y llegan a la sala donde está el cuadro del recuerdo. Día tras día desvían su mirada hacia sus amigos y compañeros que dejaron de estar en tierra para integrar la tropa celestial.


Manteniendo la cercanía


Los integrantes del grupo Scout IV Pirsas visitan de manera continua el sector de La Gruta. Cada que llegan al lugar ofrecen una eucaristía y acompañan a los padres para que culminen la obra que se inaugurará el domingo con una eucaristía y su respectiva bendición a las 11:00 de la mañana.


Las otras liturgias serán:

+Jueves 15: 6:00 p.m. en la Parroquia San Martín de Porres, Minitas.
+Viernes 16: 7:00 p.m. Colegio Mayor de Nuestra Señora. Preside el Arzobispo Monseñor Fabio Betancur.
+Sábado 17: 11:00 a.m. Parroquia La Gota de Leche.
+Domingo 18: 7:00 p.m. Parroquia Nuestra Señora de Lourdes, Redentorista.
+Lunes 19: 6:15 p.m. Parroquia Nuestra Señora de La Macarena, La Sultana.
+Martes 20: 7:00 p.m. Parroquia Nuestra Señora de La Paz, La Cumbre.

Tropa celestial

Los diez niños que fallecieron en la tragedia que sucedió el 18 de marzo del año pasado en el sector de La Gruta son : Óscar Andrés Uribe Becerra, Leonardo Arango, David Sebastián Villada, Juan Camilo Herrera, Luis Felipe Ladino, Jorge Iván Torres Tamayo, Juan Manuel Flórez, Johan Sebastián Castrillón, David Grajales y Andrés Eduardo Ocampo. Con ellos también falleció Édgar Ricardo Mancera, a cargo del grupo.


The troop remains in our memory

One year after the tragedy in La Gruta which took the life of 10 scouts and their guide, memories remain in our everyday lives. Various masses and commemorations will make us remember Scout IV Pirsas.

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