miércoles, enero 16, 2008

Henry Molinet, el padrino de los boyscouts latinos

En Georgia son muchas las personas anónimas que –sin querer ser héroes- ayudan a familias hispanas que no hablan inglés o carecen de información para que sus niños ingresen a la institución juvenil de los Boy Scouts. Uno de ellos es Enrique ‘Henry’ Molinet, premiado en el 2006 con el “Scouting: Vale la pena”; reconocimiento que otorga la oficina nacional de esta organización a aquellos que promueven el club de Boy Scouts entre la comunidad latina.

Radicado en EE. UU. desde 1959, este cubano es asistente de Scoutmaster de la Tropa 1776 que patrocina la Iglesia Católica Santa Ana en Marietta y trabaja como comisionado asistente de la Unidad Hispana de Atlanta. En 1992 su hijo Tony ingresó a los Scouts y Henry era un padre más en la organización, pero luego de convertirse en líder ha ayudado a decenas de familias a evitar que los jóvenes terminen en pandillas o caigan en vicios.

Apoyo constante

Cuando Ernesto Sotres y su familia tocaron suelo estadounidense en 1991, desconocían el idioma y la cultura, y carecían de una buena situación económica, lo que les impedía desenvolverse en la sociedad estadounidense.

Tras conocer a Henry, su vida tomó otro rumbo. Ernesto ingresó a los Scouts mientras cursaba el primer grado y a los 11 años, pasó a formar parte de la Tropa 1776, donde estaba el hijo de Henry.

“Nuestra situación económica no era la mejor. Yo no hablaba mucho inglés y mis papás tampoco, y como Henry sí era bilingüe nos ayudó. Si no hubiese sido por él, yo no habría podido quedarme en los Boy Scout hasta obtener mi insignia de Águila en el 2005”, asegura.

Durante su niñez, su vecindario estaba invadido de pandillas, pero –comentó- el cubano le enseñó un mundo distinto y lleno de oportunidades que le permitió crecer como persona y tener un mejor futuro. Incluso cuando estuvo a punto de retirarse de la organización, el voluntario lo motivó a retomar el grupo, prometiéndole ayudarle en el futuro.

“Me ha ayudado desde que estaba en el primer grado hasta el último año de preparatoria. Incluso hoy me llama y me pregunta cómo estoy. Él ha sido la persona que nos dirigió en los Scout y también un amigo y un padre”, dijo. Actualmente, Ernesto sigue los pasos de su maestro pues participa en el equipo de lucha grecorromana de la North Cobb High School, incentivando a muchachos latinos a descubrir este deporte.

Una amistad orgullosa

Desde que la familia Gallegos conoció a Henry Molinet, en noviembre del 2006, han forjado una hermosa amistad que trasciende la vida del Scouting.

A principios de año, Cristina acudió a este voluntario para integrar a sus hijos Brandon de 12 y Kevin de 11 años a los Boy Scout pues desconocían los procedimientos a seguir.

“Él me dio muchos consejos sobre cómo elegir la tropa para mis niños y cuando nos decidimos, nos consiguió la inscripción gratis, los uniformes y la mitad de una beca para campamento de verano”, señaló.

Posteriormente para el aniversario de los 100 años de existencia de los Boy Scout, Henry les consiguió el equipo necesario y los transportó hacia el lugar donde se realizaría el evento pues sus padres debían trabajar.


Pero el apoyo de este voluntario va más allá de mantener a los chicos dentro de la institución, también los incentiva a ser buenos hijos y estudiantes. Según Cristina la acción que realiza Molinet es muy rescatable y llamó a que otras personas sigan su ejemplo, tal como ella misma lo hace con los latinos que no hablan inglés y a quienes les sirve de intérprete.

Devolviendo la mano

El espíritu solidario de Henry es una forma de devolverle la mano a los Boy Scout, ya que tras llegar a Estados Unidos (Florida) cuando tenía 10 años, ingresó a una tropa donde aprendió a integrarse a la vida estadounidense.

Establecido en Georgia desde 1989, sostuvo que la institución brinda ayuda a todos por igual pero desde que los Scout establecieron un programa hispano, se integró más. “Siempre he estado trabajando para que muchos puedan participar. Hay varios latinos que dan su tiempo, yo soy solo un voluntario más”.

No obstante, se siente satisfecho cuando los jóvenes a los que les ha tendido una mano, le expresan su agradecimiento o le hacen ver que sin su ayuda formarían parte de pandillas.“Este tipo de apoyo es muy importante para los muchachos cuyas familias carecen de recursos y orientación ”, concluyó Molinet.

Fuente: Atlanta Latino | Escrito por Alejandra Milojevic Ñanco

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