Discurso de Baden-Powell en Santiago, 1909 (1a parte)
"Señoras y señores, debo comenzar por presentar a ustedes mis disculpas por tener que hablar en mi propio idioma y no en el del país. En realidad, hablaré a los que entienden inglés y después los demás oirán la traducción que se hará de mis palabras.
Agradezco profundamente a las personas que han acudido a esta reunión que, por su número y su calidad, es para mí totalmente inesperada. No creía encontrar en este lejano rincón del mundo un interés tan vivo por mis boyscouts y considero un gran honor el que se me ha hecho al llamarme para explicar el significado de esta institución que tanto amo.
Seré tan breve y preciso como me sea posible.
Chile y la Gran Bretaña son países que tienen muchos puntos de semejanza, que han tenido gloriosos vínculos en el pasado y que, yo espero, habrán de tener estrechas relaciones en el futuro. Pero hay un vínculo entre estos dos países que yo no conocía, y es el espíritu deportivo que encuentro aquí vivamente desarrollado. Me he sentido feliz al ver que muchos de los deportes británicos como el fútbol y otros juegos que a largo tiempo nacieron y se propagaron en mi Patria, son practicados con entusiasmado ardor en Chile. Estos juegos desarrollan la virilidad, crean en la juventud un espíritu generoso y le dan la idea y la práctica de la disciplina.
Entre los puntos de contacto que noto entre estas dos naciones, debo señalar también el hecho de que ambas se ganaron su independencia y la posición que ocupan en el mundo, por el esfuerzo de sus propios brazos, por el sacrificio abnegado de sus padres y fundadores. Y si ambos pueblos, el británico y el chileno, deseamos mantener esa posición para nuestros países respectivos, es preciso que procuremos también ser dignos de ella.
Para que un país sea digno de ocupar una elevada posición entre las naciones, tiene que preocuparse de formar buenos hombres y buenos ciudadanos. Hay que educar a la generación que se levanta. La escuela realiza en parte esa obra, pero sólo hasta cierto punto. La escuela enseña a leer y a escribir y acaso la aritmética y algún otro ramo, pero la escuela no enseña a ser hombre, no forma hombres en el amplio y elevado sentido de la palabra.
He oído en este país una frase característica: "es preciso que el hombre sea hombre... hay que ser hombre". Estas palabras encierran una noble aspiración, que es algo más que lo que enseña la escuela, que es la formación del carácter, el desarrollo de un espíritu viril, fuerte y sano en todos los sentidos.
Muchas instituciones se han propuesto este fin de formar hombres, pero muchas también han tomado un mal camino y han fracasado. Ellas decían a los muchachos: "vengan y sean buenos". Yo confieso que si a mi se me hubiera dicho eso, habría sentido un impulso irresistible de ser malo. Entendamos la cuestión de otra manera y procedamos como el pescador que para coger los peces les ofrece lo que a los peces les agrada. No pone el pescador en su anzuelo un pedazo de asado o una naranja, sino una mosca o un gusano, porque esto es lo que a los peces les agrada.
Así nosotros les decimos a los muchachos: vengan y sean scouts.
3 comentarios:
uno de los mejores discursos de vp saludos desde mexico gpo. 27 anastasis tu y yo somos d ela misma sangre
http://gpo27anastasis.spaces.live.com/
pido una disculpa es bp saludos...
Verdaderamente me siento muy orgullosa de este hermoso movimiento y me llena el corazón el poder leer que mi país fue el segundo en el mundo en ser parte de este gran árbol.
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